CUANDO LAS AGUJAS ATACAN: 1000 FORMAS DE MORIR

31.03.2011 08:11

 

El hombre imploró a su familia traerlo al estado Zulia para la intervención que necesitaba. Cinco días vivió Yosmer Abreu con una aguja encajada en su pecho que le perforó un pulmón y el corazón.

Diana Carolina Urdaneta

Yosmer José Abreu, de 32 años encontró la muerte al mediodía del pasado martes en una habitación del Hospital Universitario de Maracaibo, a la espera de una operación a corazón abierto que necesitaba con urgencia ya que mantenía en su cuerpo un objeto extraño, pequeño pero letal que amenazaba su vida.

El infortunado residía en Sabana de Mendoza, poblado de la zona baja del estado Trujillo. Según cuenta Zuleida Abreu, hermana del fallecido, él se acostó a las 5 de la madrugada del domingo pasado, sin percatarse que había una aguja en su lecho, el hombre se enterró el pequeño instrumento de coser del lado izquierdo del pecho y viajó profundamente en su humanidad hasta alojarse peligrosamente cerca de su corazón.

«Yo aguanto, llévenme a Maracaibo que yo aguanto la operación», fueron las palabras, dirigidas a su hermana, que marcaron el desenlace de la vida de Abreu cuando los galenos del estado Trujillo le advirtieron que requería una peligrosa intervención quirúrgica y que debido a su condición de fumador el riesgo aumentaba en un 100%.

«Los médicos aquí no hicieron nada, él traía un tubo incrustado en pecho  porque lo trajimos de Sabana de Mendoza al Universitario con un neumotórax  en el lado izquierdo porque la aguja le perforó el pulmón cuando se le enterró, y las placas lo muestran, pero los médicos de aquí en mi cara le sacaron el tubo y me dijeron que le iban a dar de alta porque era mentira que tuviera una aguja en el pecho», relató con lágrimas en sus ojos, la hermana del difunto.

El hoy occiso dejó una hija de 2 años en la orfandad, se ganaba la vida como barbero y organizaba comparsas para los carnavales en el mencionado estado. Su hermana exige que se tomen medidas en el centro asistencial donde Abreu fue atendido: «él llegó mal, respiraba entrecortado y así respiró hasta que se murió y siempre los médicos dijeron que estaba bien y que lo que les decíamos era mentira», recalcó la mujer.