¿QUÉ PASÓ CON DAVID BÁEZ?

29.03.2011 16:44

 

Diana Carolina Urdaneta

Hermetismo absoluto rodea el caso del bombero marino, David Daniel Báez Sarapinas, de 21 años, quien murió por inmersión durante las pruebas de supervivencia realizadas en esa oportunidad en el canal de navegación del lago de Maracaibo, específicamente en las inmediaciones de la boya 21. Al parecer, las autoridades cuentan con el olvido de la comunidad. QUÉ PASA no olvida.

Como se recuerda, David Báez, era estudiante de enfermería en el Instituto Universitario de tecnología Readic (Unir) y aspirante a bombero, era uno de los 30 muchachos que, en noviembre del año pasado finalizaban las pruebas psicológicas y físicas para pertenecer al cuerpo de bomberos marinos de Maracaibo. Sólo faltaba la prueba de supervivencia. El día 6 de noviembre de 2010, las autoridades del mencionado curso decidieron viajar con los muchachos al canal de navegación del lago de Maracaibo, en vez de la rutinaria piscina del Complejo Deportivo Cotorrera de la ciudad.

Entre adrenalina y susto, los 30 alumnos, 3 instructores y el lanchero, a bordo de una embarcación con capacidad para 25 personas se abrió camino entre las aguas hasta su destino. Los jóvenes cadetes se lanzaron y comenzaron su evaluación, ante la mirada de los educadores. Pero, algo pasó, varios muchachos comenzaron a ahogarse siendo presa del pánico.

Unos con otros se ayudaron entre sí y poco a poco, cada cadete salió a flote y subió a la embarcación. Hubo quien dijo que David no salía del agua, ni estaba en la lancha, el primer maquinista Mario Pichell, capitán de puerto de Maracaibo se encontraba a bordo y dijo «Esto es parte de la prueba, él debe aprender a sobrevivir» y el destino de David fue sellado.

Tres largos días de angustia vivió la familia Báez Sarapinas sin saber del paradero del muchacho, la esperanza de que apareciera vivo se esfumó con el viento cuando alertaron del avistamiento de un cadáver en la costa del sector Burro Mocho, conocido también como Techos Rojos, cerca del estado Falcón, y la posterior identificación del cuerpo como David Báez.

El próximo 6 de marzo se cumplirán cuatro meses de la muerte de este muchacho que, desde pequeño soñó con ser bombero marino. EL ZÁNGANO se dirigió hasta la sede de Capitanía de Puerto, en un intento por hablar con Pichell, Johana Palomo y Marian Ferrer, comisionadas de las relaciones institucionales fueron quienes dieron la cara por el jefe Pichell, quien, al ser notificado de la presencia de periodistas en el edificio, envió un oficial de seguridad a desalojar las instalaciones.

Muchas disculpas y excusas en nombre de la capitanía de puerto y del mismo primer maquinista, por las toscas maneras. Ferrer declaró a los representantes de este medio que «Acá el capitán está atado de manos, si la orden no viene de Caracas, él no puede declarar y es el único capacitado para hacerlo, debes llamar hasta Caracas y solicitar una cita, cuando te la concedan vienes que te atendemos con todo gusto, pero, por los momentos, no te podemos atender» Hasta ahora, es un «cangrejo» el caso de este bombero marino.

Con este cierre de puertas, y hermetismo, las preguntas quedan en el aire sin respuesta, ¿Qué pasó?, ¿Por qué esas pruebas se hicieron en el canal de navegación cuando, desde siempre, se hacían en Cotorrera?, la familia de David Báez mantiene un hoyo en el corazón desde hace casi cuatro meses. Primer maquinista Mario Pichell: ¡de la cara!