Misión Robinson I, II y II para las prostitutas en Tailandia

22.02.2011 20:57

 

    Centenares de mujer de la calle en los “barrios rojos” de Tailandia aprenden idiomas, informática y hasta baile flamenco, con ayuda de activistas que intentan que esta profesión, catalogada como las más antigua del mundo, sea  rescatada y logre la buena fama o reputación que antes tenía.
   Por otra parte Efe Chantawipa Apisuk, fundadora de la organización no gubernamental Empower señala, “Tenemos centros educativos en once provincias, donde las trabajadoras sexuales aprenden idiomas, cocina o canto, así como los derechos que tienen como personas”.

     La sede de esta organización está situada en Patpong, la zona de burdeles más conocida de Bangkok, Apisuk, donde se dictan a medio centenar de prostitutas charlas sobre los orígenes del Día Internacional de la Mujer, que se celebrará el próximo 8 de marzo.

 Las chicas sentadas tras pupitres anotan en sus cuadernos y preguntan una vez tras otra, con más interés que la mayoría de los universitarios en este país. Esta organización no pretende apartar a las mujeres de esta profesión, Empower persigue que ellas ejerzan el oficio en “condiciones laborales e higiénicas adecuadas”.

     Aunque la prostitución es ilegal en Tailandia, según estimaciones no oficiales, 200.000 mujeres la ejercen como medio para ayudar a sus familias, en un sin fín de locales que ofrecen diversidad de colores o de aspectos, que atraen la clientela extranjera y local.

    “Fundé la organización en 1984, cuando el sida causaba estragos entre las prostitutas y en la sociedad tailandesa en general, una gran campaña para fomentar el uso del condón ayudó a reducir esta enfermedad”, menciona Noi.Empower se ha convertido en una de las organizaciones en la lucha contra la propagación del sida y el tráfico de mujeres destinadas a surtir a los burdeles, ya que han extendido sus enseñanzas y mensajes por casi toda Tailandia

“Al principio, muchos se escandalizaban porque pensaban que la industria del sexo supone un problema moral, pero a nosotras sólo nos importa la discriminación social”, indica la fundadora de la organización, educada en Tailandia y Estados Unidos. Ahora colaboran con instituciones como el Programa de Derechos Humanos de la Universidad de Harvard y organizaciones no gubernamentales de México, Perú, Bolivia o Europa que persiguen objetivos similares.

     En Tailandia la prostitución mueve una gran cantidad de dólares al año, el objetivo de Empower es que este trabajo sea regulado como los demás trabajos que son ejercidos por la comunidad Tailandesa. “Aprendí inglés sola, vengo al centro para aprender otras cosas y para charlar con mis amigas”, añade una joven, quien asegura que con el dinero que gana ayuda a su familia.

     La industria del sexo en Tailandia he existido desde hace muchos siglos, sin embargo durante la Guerra de Vietnam, cuando los soldados estadounidenses utilizaron el país para descansar, fue incrementada su población.

 

Fredery Hernández